Foto: Diego Lozano
Dicen que se necesita hacer algo consecutivamente por más de dos meses para que se convierta en un hábito. Apenas esta semana miré atrás y me di cuenta de que he compartido La Bella Práctica con ustedes durante doce semanas, es decir, tres meses, y hasta el momento todavía disfruto mucho hacer esto.
Me gusta poner atención toda la semana y ver qué puedo compartir, ya sea un tema de una lista que tengo o cosas que surgen en el momento, como la práctica de la semana pasada sobre el béisbol, que fue tan bien recibida. A veces también me muero de nervios al terminar de escribir algo, por que sé que le falta más chamba, pero lo mando así, como práctica.
Esta semana tenía planeado visitar a mi familia en Sinaloa, pero desafortunadamente caí enfermo y no pude viajar. Como sigo un poco débil y con la mente entelarañada, se me ocurrió compartirles algunas cosas que he disfrutado en los últimos meses.
Me encantaría que también me manden algún artista, programa, película, lifehack o lo que sea que les haya hecho sonreír, bailar, pensar, últimamente.
Espero que lo disfruten, nos leemos la semana que viene, ojalá ya recuperado y con una nueva serie que quiero presentarles en la Bella Práctica.
BELLAS COSAS
Un disco.
Malegría, Reyna Tropical
Hace unos meses mi amigo Jason me compartió este album, el cual me tomó un par de meses escuchar, pero que inmediatamente me enganchó. Tal vez es por que reconozco la influencia de Manu Chau o Bomba Estéreo, pero este disco debut de Reyna Tropical está rico para loungear en casa, dar bailaditas con los ojos cerrados, tal vez un traguito en la mano, es toda una experiencia. La banda fué fundada por Fabi Reyna y Neftalí Díaz, quien falleció inesperadamente en el 2022. El disco tiene viñetas de conversaciones entre Fabi y “Sumohair”, su nombre de DJ, y utiliza producción hecha por ambos desde el 2020. Comienza con el track Conocerla, y no te pierdas Suavecito.
Un libro.
Paradais, Fernanda Melchor
Últimamente he estado leyendo a personajes que tal vez la sociedad clasifique como gente en los márgenes. El minimizar a un ser humano a convertirse en un narco o un criminal nos da permiso de ignorar las razones por las cuales estas personas viven marginadas por la sociedad. Y Paradais, de la escritora mexicana Fernanda Melchor es un excelente ejemplo de mostrar a personajes más complejos y multidimensionales. Polo trabaja en una residencial privada, y pasa por una situación difícil, odia su trabajo, vivir con su madre, y aparte extraña mucho a un familiar desaparecido. Franco, por otro lado, es hijo de una familia acomodada, un adolescente en total desasosiego y con una obsesión enfermiza con la vecina. Ambos, desde la negligencia, sus frustraciones y miserias, se ven envueltos en un crimen fatal. Es una novela de narrativa poderosa, y una historia que se lee entre la incomodidad y el reconocimiento de nuestros privilegios.
Un show.
Shogún, FX
Ya la había mencionado en una de las prácticas anteriores, pero esta serie me encantó. Trata sobre el Japón del siglo XVII, donde Toranaga, un poderoso terrateniente, tiene ambiciones de convertirse en el Shogún, el gobernante militar de la región. La historia comienza con un mercenario inglés que pierde a su flotilla y es utilizado como herramienta de negociación entre las dinastías japonesas. Mi personaje favorito es Mariko Sama, una mujer noble que es asignada a ser la intérprete entre el inglés y Toranaga. La serie tiene un excelente guion, está filmada en locaciones hermosas, y cuenta con vestuarios y escenografía impecables. A excepción de Blackthorne, las actuaciones son excelentes y, en momentos, me recordó a la intriga de "House of the Dragon".
Una Peli.
Problemista, Comedia
Mi personaje favorito de “Los Espookys” siempre fue Andrés, interpretado por Julio Torres. Su tono monótono y personalidad de niño berrinchudo me parecen muy cómicos. Hace unos meses vi el tráiler de "Problemista" y, como todo lo de Torres, primero me pareció una película rara, pero luego me dio curiosidad. Torres es el protagonista, guionista y director del filme, y comparte pantalla con Tilda Swinton. En algunos momentos, Swinton me estresó con sus arranques de neurosis, pero me recordó a gente que conozco y me dio cierta ternura. La historia trata sobre un inmigrante salvadoreño al que se le está acabando la visa, y su única oportunidad es que alguien lo patrocine. En este caso, es la crítica de arte Elizabeth (Swinton), quien está obsesionada con una base de datos y con exhibir el trabajo de su pareja. Mis partes favoritas fueron las escenas sin Elizabeth, cuando Alejandro (Torres) intenta explicar las complejidades del sistema migratorio o hace todo tipo de trabajos que encuentra en Craigslist para ahorrar dinero y pagarle a su abogado. Espero que Julio Torres siga creando y compartiendo alternativas a los arquetipos del latino en los Estados Unidos, y que anime a otros a contar sus historias.
Una práctica.
Journaling
“Me encantaría escribir más”, me han dicho personas que encuentro y me comparten que leen La Bella Práctica. Me he dado cuenta de que somos muchos los que queremos compartir historias y pensamientos, pero una y otra vez me dicen que simplemente no encuentran el tiempo. Este es, en realidad, el reto más grande para un escritor: crear el tiempo para crear.
Yo constantemente negocio cuánto tiempo puedo dedicarle a la escritura. En el futuro, me gustaría poder dedicarme más, pero de momento, intento escribir cada noche, aunque sea en mi diario personal. El journaling es, para mí, el barómetro que me indica si le estoy poniendo intención a mi vida y a escribir. Si dejo de escribir en mi diario, no estoy escribiendo en ningún otro lugar.
Pensamos que escribir es tener el privilegio de hacerlo por horas, acompañados de la musa y creando obras maestras, pero no, la mayor parte de escribir es simplemente hacerlo. Aunque sea un par de minutos antes de dormir, tomando notas de ideas en el celular, o lo que sea que nos haga sentir vivos, poniéndole atención a nuestras vidas.
Así que, si quieres comenzar a escribir más, empieza por un diario. Puede ser sobre lo que sea: lo que te pasó, lo mucho que batallas para escribir, lo fácil que es, lo que ves, lo que sientes, lo que sea, pero escribe. Una vez que se forme ese hábito, puedes aumentar el tiempo que dedicas a escribir. Al igual que en un maratón, se trata de avanzar poco a poco.
¡Compárteme lo que te inspira, algo que hayas disfrutado, o te empuje a seguir creando!
QPD Sumohair