Mural: “El retorno de Quetzalcóatl”, José Chávez Morado, 1952.
Desde que salí de Phoenix he traído las antenas prendidas. Aunque apenas llevo cinco días en el viaje, intento poner atención a todo, platicar con los que voy conociendo y atrapar tanta inspiración como pueda. Vine a encontrar respuestas a una historia, y cada vez me encuentro con preguntas aún más importantes que esclarecer.
Decidí revisar mis notas de todo el año, recoger lo que he escrito, recordarme de decisiones que he tomado, y me encontré con la palabra Quetzalcóatl subrayada. Al principio me intrigó; no recordaba a qué se refería, pero ya que leí un par de frases, me di cuenta de que eran las notas de un taller de poesía al que asistí en el 2024.
El taller fue creado por Jo Reyes-Boitel, aunque impartido por Edward Vidaurre, un poeta de descendencia salvadoreña, criado en Los Ángeles, ahora residente y editor de su propia casa editorial en Tejas. Nos compartió que utilizaría la figura de Quetzalcóatl, el dios que se fue y que varias culturas mesoamericanas esperan su regreso, como invitación o evocación de lo que escribiríamos. Él nos daría frases a manera de preguntas o pautas que responderíamos por escrito en 15-20 segundos. Nos invitó a ponernos en el lugar del mítico dios y/o pensar en nuestros antepasados, quienes fueran o quienes escogiéramos.
La utilización de pautas es una manera muy útil de desatorarnos cuando escribimos, o algo que hacer para explorar nuevas ideas. En este caso, las frases de Edward nos ayudaron a echar a volar la imaginación, y de su mano intentamos crear poesía.
La poesía la considero, de las ramas de la literatura, la más bella, la más perfecta y compleja. Sin embargo, también creo que toda la prosa, y todo lo que encontramos al leer, puede tener poesía. Así que, aunque no me considero un poeta, practicar este arte es un ejercicio de gran esfuerzo imaginativo, el cual me ayuda a contar historias de manera más rica.
Con la intención de no fallar con la práctica semanal, y con el permiso de Edward, te comparto los prompts que utilizó en el taller. Los tomé a manera de nota rápida, y no son copias exactas de sus direcciones o preguntas. También están todos traducidos al español, aunque eran originalmente en inglés. Al final incluí algunas de mis respuestas en el idioma original en que las escribí, con ediciones de transcripción.
Tómate unos minutos esta semana y utiliza estas preguntas para escribir. Como Edward lo hizo con nosotros, no te tomes mucho tiempo en responderlas (puedes poner un timer), hazlo con lo primero que te venga a la mente, y sin intenciones de escribir bien, mal o rebuscado. Sólo escríbelo, y lo revisas ya que termines.
Las pautas a responder:
¿Qué camino de tus ancestros te trajo hasta aquí el día de hoy, y de dónde vienen?
¿Cuánto viajaste para llegar aquí?
¿Dónde perdiste sangre por primera vez?
¿Cuáles eran los juguetes/juegos de tu niñez?
¿Cómo olía el mundo cuando naciste?
¿De dónde viene tu gente?
Nombra una receta o platillo que viene de tu linaje.
¿Qué música toca sólo para ti?
¿Qué agua te sostiene?
¿De quién eres niña/e/o? ¿Quién te crió?
Ofrece un ejemplo de alguna vez en la que tu familia fue casi destruida.
¿Cuál es tu papel en tu familia o círculo?
Eres descendiente de…
¿Dónde haces tu patria?
¿De qué estás más orgulloso?
¿Cómo has podido seguir?
¿Qué manifiestas?
¿Qué es algo muy necesario que tengas que decirle a la persona que esté a tu izquierda?
¿Qué has heredado, y de qué eres soberano?
¿Qué animal te llama?
¿Quién es tan importante para ti que permitirías fuesen dioses contigo? ¿Qué responsabilidades o habilidades tendrían?
¿Qué estás intentando reparar, y qué harás para hacerlo?
¿Qué le pedirías a otros antes de poder perdonarlos?
Algunas de mis respuestas:
¿Dónde perdiste sangre por primera vez?
En la mesa de operaciones, ahí, inconsciente, con cuchillo en mano, el doctor comenzó a cortarme.¿Cómo olía el mundo cuando naciste?
Olía a brea, a ríos terrosos y plantas de muchos verdes que absorben del aire su humedad. Olía a su sangre, a esperanza, a la posibilidad de amor.¿Qué música toca sólo para ti?
La banda. Aquella orquesta sin voz, que anima a la gente a bailar en la calle. El trombón, la tuba, la trompeta, el dulce clarinete silbando. Los pies saltando.¿De quién eres niña/e/o? ¿Quién te crió?
Soy hijo de personas que me hicieron para unirse. No como resultado de la unión.
Por favor compárteme o a otros lo que hayas escrito. Me encantaría leerte. De paso le mando un saludo a aquellos que cada semana responden o hacen preguntas; es una de mis partes favoritas de producir La Bella Práctica.
Gracias por acompañarme en el viaje, ¡y nos leemos de nuevo pronto!