Fotografía: Diego Lozano
De niño odiaba la Semana Santa. Los adultos no nos permitían comer carne y nos alimentaban con un extraño postre conocido como capirotada.
Es un platillo común en México, y aunque tiene muchas variantes según el estado, yo crecí comiendo una versión sinaloense de pan duro remojado en almíbar, con distintas nueces, guayaba, frutos secos, queso y otros ingredientes.
Los años me han hecho más sabio —o más tragón—, y ahora me gusta deleitarme con un buen plato de capirotada y un vaso de leche, por lo menos una vez al año.
Pero esta semana no se trata de la capirotada, sino de que La Bella Práctica es como la capirotada: un acquired taste hecho de sobras, memorias y momentos. En lo que va del año les he compartido mi exploración de distintos géneros literarios, incluyendo la poesía, el ensayo, la crónica y el relato corto. En las últimas semanas le dediqué tiempo al tema de la censura y el corrido, así que el ingrediente que le agregamos hoy a esta mezcla es un corrido inédito.
La idea fue originalmente del escritor Alberto Chimal, un mexicano con una excelente obra literaria que abarca la fantasía, el relato especulativo y el ensayo. Chimal es además un generoso tallerista con una memoria enciclopédica y, junto con la escritora Raquel Castro, ofrecen ejercicios de escritura creativa cada semana en su Substack.
En enero de este año, Alberto lideró el taller de ficción en español de Under the Volcano, en el que participé. Durante una sesión 1:1 con el escritor, le compartí que sabía de qué iba la historia que estaba escribiendo, pero que me faltaba desarrollar al personaje principal: ¿por qué tomaba las decisiones que tomaba? ¿cuál era su motivación?
Como Alberto sabía que mi terroir literario es del Noroeste Mexicano, me aconsejó que le escribiera un corrido. Primero pensé que era una broma, pero luego caí en cuenta de que tenía razón: desarrollar la historia en forma de corrido me obligaría a hacerme nuevas preguntas para darle un arco a su historia y, además, me ayudaría a descubrir nuevos detalles de mi personaje. Así que, como con cualquier otro género, comencé a escribir.
Me encanta la música, pero más bailarla. Soy una persona con ritmo y hasta canto en el karaoke, pero crear música no es lo mío. Vengo de una familia de talentosos melómanos, así que contacté a mi primo Enrique Sortillón, primera voz y bajosexto de Los Varones del Desierto, y le pedí que me ayudara a colaborar en un corrido.
Enrique me ayudó a conocer más sobre algunos de los corridistas más influyentes, la música que le piden en estos días y los distintos géneros dentro del corrido. Mientras trabajamos un par de horas escribiendo estrofas y buscando otros referentes, me di cuenta de que hay muy pocos corridos de mujeres, y los que existen son historias de heroínas que se aprovechan del hombre o que matan a traición.
Sabiendo que teníamos poco tiempo para crearlo, escogimos un ritmo clásico, algo que ayudara a que la gente comprendiera la historia con facilidad. Enrique propuso que definiéramos el tamaño de las estrofas, así que, practicando con distintas frases, optamos por un corrido en sextillas, es decir, con estrofas de seis líneas de ocho sílabas cada una.
Luego, Enrique me pidió que le contara la historia completa y con detalle. Yo fui deteniéndome en las partes que consideraba importantes resaltar y, después, comenzamos a describir a la persona de la que hablaba el corrido: el personaje principal de mi novela, Eréndira.
La historia se desarrolla en un futuro cercano en la ciudad de Phoenix. Eréndira y su padre atienden un puesto en el Mercado de Maryvale y defienden el patrimonio que construyeron como familia. Un cártel criminal intenta tomar el control de la distribución de alimentos para adueñarse de la plaza, y se desarrolla una historia que tiene ecos de otra Eréndira: una mujer purépecha que vivió hace 500 años en lo que ahora es Michoacán.
Bueno, no les cuento más. Mejor les dejo el corrido escrito y una versión en video interpretada por Enrique, para que sean su ritmo y sus palabras los que les cuenten de qué trata la historia.
Les agradezco mucho que me hayan compartido su opinión sobre el tema de los corridos; es el texto que más debate ha generado. ¡Por favor sigan compartiendo La Bella Práctica para que se sumen más a esta capirotada de palabras!
Corrido de Eréndira - Interpretado por Enrique Sortillón
Corrido de Eréndira - Escrito por Luis Ávila y Enrique Sortillón
Su sangre es de Michoacán Como aquella gran guerrera Sus padres le dieron todo Educación de la buena Nació en tierras de Arizona En la mera Phoeniquera
Es valiente y decidida No tolera la injusticia Su madre se fue temprano Tiene protección de arriba El negocio de familia Lo defiende con su vida
El crimen organizado Con terror y extorsión Quieren dominarlo todo El Mercado es su ambición Controlando el alimento Ahí reinará la opresión
A Eréndira le cayeron Los hombres encapuchados Amenazando exigieron El dinero del mercado Ella decidió enfrentarlos Aunque no tuviera aliados
[Puente Musical]
Una tarde en el mercado Queriendo causar temor Venía en caja de mandado Un mensaje aterrador La cabeza les dejaron Del jefe de asociación
Esos hombres desalmados Cumplieron sus objetivos Doblegaron al mercado A entregar el efectivo Eréndira se negaba Y así cambió el destino
La última carta en sus manos Eréndira la apostó A secuestrar la familia Del jefe extorsionador La ciudad se volvió un caos Y ahí todo se detonó
Entre mensaje y mensaje Negociaban los acuerdos Eran ya muchos los muertos La familia en cautiverio Nadie ganó este pleito Y Eréndira se fue muy lejos.