Foto: Diego Lozano
¡Hola! Creo que es hora de presentarme nuevamente. Con la llegada de más personas a esta comunidad, siento la necesidad de reafirmar el propósito de la Bella Práctica y contarles lo que sigue.
Me llamo Luis Ávila, y utilizo esta plataforma como un espacio para explorar la escritura a través de ensayos, crónicas o cualquier proyecto en el que esté trabajando en el momento.
Nací en México, donde viví hasta los 18 años. Más tarde emigré a Estados Unidos, donde me dediqué al periodismo, enfocándome en temas de migración, cultura y los desafíos que enfrentan los jóvenes mexicanos.
Fue justo después de los ataques del 11 de septiembre, cuando una ola nativista se esparció por todo el país y se arraigó en Arizona. La situación se puso color de hormiga para las comunidades migrantes, así que cambié las plataformas de comunicación por la organización comunitaria, a lo que me he dedicado gran parte de mi vida profesional.
Hace unos años, un amigo me preguntó qué me había parecido un concierto al que fuimos, y le respondí que ¡amazing!. “¿Y de qué otras maneras describirías eso?”, quiso saber. Respondí una tontería que ahora no recuerdo, pero me quedó el pensamiento de que estaba perdiendo el lenguaje, que ya no encontraba opciones entre el universo de palabras para expresar la complejidad y la belleza del mundo.
Chomsky dice del lenguaje que “no es solo un medio de comunicación, sino una forma de dar sentido al mundo.” De alguna manera, es el medio con el que creamos consciencia y pensamiento crítico. Entre más limitado sea nuestro lenguaje, menos preguntas nos hacemos y menos herramientas tenemos para expresar dudas o descontentos.
Meses después de esa reflexión, sentí que era necesario cambiar mi relación con el lenguaje. Decidí retomar la escritura a través de lo que ya me gustaba: la lectura, el trabajo por el cambio social y mi gusto por alcanzar las metas que me propongo. Intenté prestar atención no solo a leer y escribir por necesidad profesional, sino a enriquecer estas actividades con contenido que me ayudara a lograr mis objetivos.
La mayor parte de lo que he escrito en mi vida ha sido a partir de la documentación, el reportaje y el análisis. Después de participar en unos talleres de escritura, he comenzado a explorar la narrativa, en parte porque tengo un par de historias que llevo cargando muy dentro y que, en los últimos años, me han pedido salir. Este proceso me ha empujado a buscar cómo estructurar el tiempo y prioridades hacia la creatividad, o más bien, hacia la creación.
La Bella Práctica es parte del intento de regresar al hábito de escribir para crear y compartir, haciéndolo de manera disciplinada, pero sin las presiones del perfeccionismo o el ego. Simplemente escribiendo sobre algo que estoy pensando o viviendo, editándolo con rigor, pero empujándolo al mundo sin pensar demasiado en las consecuencias. Creo que me ha ayudado a mantenerme más ligero, más consciente, y a poner atención a los días y a mis pensamientos, primordialmente a estar más presente.
Escribo esta práctica cada semana, o cada vez que puedo. Desde que inicié, me he enfocado en temas de identidad, política y salud mental. En alguna ocasión he compartido textos de otros que creo llegaron en el momento exacto, y también hago recomendaciones de lo que estoy consumiendo, a las que llamo Bellas Cosas.
En diciembre y enero estaré viajando a México para participar en un taller de literatura. Durante el viaje pasaré algunos días en una región del país importante para una historia que quiero convertir en una serie de televisión. La segunda parte del viaje la dedicaré a ajustar el esquema de la novela en la que llevo dos años trabajando. Esta historia está inspirada en mi experiencia migratoria y en crecer rodeado de violencia. Ha sido un viaje de documentación y creatividad que he disfrutado mucho. Es una narrativa de carretera, un road trip, a la que le tengo mucho cariño. Pero como todo lo que apreciamos cambia, he estado ajustándola con la retroalimentación de amigos y profesionales, y espero concretarla pronto.
He encontrado que en la creación de narrativas es importante establecer algunas estructuras que fortalezcan nuestras historias: desde lo que leemos, los espacios desde los que creamos, las habilidades que utilizamos cuando creamos y aquello que decidimos mantener o eliminar. Como la Bella Práctica es un espacio de liberación y expresión, ajustaré lo que comparto en los próximos meses para darle sentido al proceso creativo. Voy a compartir las maneras en que estoy tejiendo las historias, y relatando tanto las dificultades como los pequeños logros con los que me vaya encontrando.
Les invito a acompañarme en este proceso, a compartir sus inquietudes o retroalimentación, para seguir creando juntos. Con esta son 30 las prácticas, y desde el inicio me han regalado consejos y aliento. Agradezco mucho todo su cariño.
Si son nuevos por acá, bienvenidos, y si llevan rato con la práctica, compártala con otros para seguir creciendo la comunidad.
Que las posadas les traigan muchas alegrías, salud por el futuro, ¡y nos seguimos leyendo!
Gracias Luis,
cuanto mayor me hago, más consciente de la fuerza de las palabras, de expresarse, y de cuánta falta le hace al mundo visiones particulares, fe en las personas, aspiraciones humanas. Aquí andamos muchos en substack, escribiendo especialmente para descubrirnos a nosotros mismos!
¡Felices fiestas Luis y buen viaje! - Gini